domingo, 26 de octubre de 2014

222. La taza (nº 1 serie de microrrelatos)


Era zurdo, pero por alguna extraña razón le gustaba agarrar la taza con la derecha. Esa noche, tras un difícil día, aproximó su mano hacia ella con cierta desgana, sin reunir el brío necesario para aguantarla todo el trayecto que la separaba de su boca. La astenia que gobernó la acción le hizo perder el contacto con el minúsculo asidero de la taza. Esta se precipitó por los aires violentamente, ávida de toparse con tierra firme. Saltó en decenas de pedazos de todos los tamaños y formas. Lastimero, maldijo su flojera y se abalanzó sobre el fragmento de mayor tamaño. Su inquieto pulso le jugó una mala pasada. Un corte limpio en la muñeca motivó un considerable borbotón de sangre. Sin tiempo para alcanzar algo que detuviese la hemorragia un súbito apagón de luces se apoderó de la cocina. Con torpeza se dirigió hacia los interruptores. Clic. Clic. Sin éxito. De vuelta a la escena del crimen dejó salir un par de exabruptos. Los fragmentos más pequeños se habían clavado en sus pies descalzos. El último le provocó un espasmo casi instintivo que le hizo caer hacia atrás. Su yugular conoció entonces al pedazo más afilado. Clic. Clic. Con éxito.

Almasy©


GRUPO ENCANTO: "Soy una taza"

1 comentarios:

MARIBEL dijo...

Murphy elevado a la enésima potencia ¿no?

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