jueves, 21 de julio de 2016

260. Trece asaltos


1. Orígenes

Barry Morgan, afroamericano, enfila su camino al ring enfundado en una bata negra. Michael O´Connor, de ascendencia irlandesa, ha elegido una blanca. La madre siempre por delante.

2. La limpiadora

Ella ingresa al filo de la medianoche. Siempre se cerciora de que los rezagados hayan abandonado el vestuario. No quiere escenas ni problemas. El sudor palpita por los suelos cuando ella se dispone con el mocho.

3. Calle 46

No se habla de otra cosa. Ni un solo vecino ignora la noticia. Los empleados de la frutería que hace esquina con la quinta avenida han aceptado el desafío de los recién aterrizados en el chaflán que linda con la sexta.

4. Alí

No se mueve. Se desliza. No lanza golpes. Los dibuja.

5. Bullying

-Te he dicho que me des el bocadillo. Tienes tres segundos antes de que te rompa los dientes.
Otra vez el pequeño de los Mathews. Tiene a quién salir. Su padre siempre mira por encima del hombro al mío. Pero esta vez va a ser diferente. Madre dice que no empiece nunca una pelea, pero que llegado el caso sea siempre el que dé el primer golpe. Casi nunca hay tiempo para un segundo. Así que reúne el coraje necesario. Aprieta los puños, cierra los ojos y lanza un directo que se pierde en el mentón de su asaltante.

6. La comba

Un par de minutos suaves, uno fuerte y rompe a sudar. Veinte segundos intensos sobre el izquierdo y luego cambia de pie. Alterna dobles con cruzados y siente cómo el corazón se le encamina hacia la boca.

7. Guantes

Paolo le insiste para que en los entrenos se enfunde los de 14 onzas, 12 a lo sumo. Que hay que pensar en los sparrings o nadie querrá guantear con él. Pero lo cierto es que no los soporta. No siente la mano enfundada entre tanto acolchado. Todo lo que no esté por debajo de las 10 onzas le parece una gran mentira.

8. La pelea del año

No cabe un alfiler. Los sondeos del Times calculan que se habrían podido llenar no menos de cuatro veces el Madison Square Garden. En el primer asalto Franklin se trastabilla y el ruso lo manda a la lona. Se acabó la velada.

9. Tongo

Sabe que tiene que dejarse caer, pero no recuerda si era en el cuarto o en el quinto. La cabeza de un boxeador juega a veces malas pasadas. Lo que sí tiene claro es que como se equivoqué está muerto.

10. La báscula

Está rozando el pesado y esa sería su perdición. Tendría que medirse a tipos mucho más altos y corpulentos que él. Todavía le restan un par de horas antes del pesaje. Comba, carrera continua y visitas al baño. Sobre todo visitas al baño.

11. Hombre anuncio

-Te he dicho que no me gusta estrenar calzones cuando hay un título en juego. Da mala suerte.
-Lo sé, pero los patrocinadores insistieron.
-¡A tomar por culo los patrocinadores! ¡Tráeme los viejos!
-Pero Louis…
-Ni peros, ni hostias. Los viejos.

12. Doping

Los vampiros del comité olímpico deambulan buscando sangre fresca. Son sus quintos juegos y no le gustaría despedirse con un positivo. Sin embargo, el dolor apremia. Tanto como sus ganas de colgarse el oro y escuchar el himno.

13. Juez

Tiene dudas. Vio claro el croché en el quinto asalto. Limpio, directo al mentón del italiano. La cosa cambió en el sexto. La serie de ganchos épicos castigando el hígado del cubano ha sido incontestable. No debería estar permitido decidir un combate a los puntos.


SURVIVOR: "Eye of the tiger"

sábado, 16 de julio de 2016

259. Eros


Tan pronto como despuntaba el verano acudía puntual a la cita. Se apostaba siempre en la misma peña, sin estar plenamente convencido de que ellas no lo vieran. El caso es que jamás lo delataron, ni se escondieron. A veces hasta pensaba que ellas permitían que las contemplase. Que concedían solidarias que él fuese su único espectador de excepción.
Siempre iba solo. Nunca compartió su secreto. Le pertenecía. Les pertenecía. No habría soportado un solo comentario fuera de lugar sobre ellas. No habría tolerado que nada ni nadie pervirtieran aquella escena ni que cupiese la remota posibilidad de que esta pudiese extinguirse.
El agua del deshielo bajaba tan fría como violenta ya desde finales de mayo y, sin embargo, ellas recibían cada chorro con una risotada turbadora. Sus cuerpos desnudos brillaban hasta casi deslumbrarlo. Le gustaba detenerse en sus senos, en sus sexos, en sus bocas generosas que parecían pedirle a gritos que se acercase un poco más. Tenía entonces que cerrar los ojos unos instantes y contener sus pies ávidos de salir corriendo hacia aquellos cantos de sirena. Respiraba profundamente y apretaba su corazón acelerado. Apenas el tiempo necesario para seguir contemplando el espectáculo. No había un segundo que perder.

Almasy©


ADAM LEVINE: "Lost stars" (from Begin again soundrack)

viernes, 1 de julio de 2016

258. La princesa azul


(Residencia de la tercera edad. Un anciano ingresa en una habitación a oscuras. Otro parece dormir. Musitando).

MELQUIADES: ¿Dónde la tienes viejo cabrón? ¿Dónde la has puesto? No te saldrás con la tuya, viejo chocho. ¿Dónde vas a ir tú con ella? Te viene grande. Lo mismo hasta te da algo. Si en el fondo vas a agradecer que te la robe. Prácticamente es por tu bien. Vamos, Melquiades, piensa. ¿Dónde la guardarías tú? Claro que yo no soy él. Soy mucho más listo. Piensa en tonto, Melquiades, piensa en tonto y acertarás. En el sitio más obvio. Ahí la ha guardado seguro. No le da para más a este pobre diablo. Si ya se sabe que donde no hay mata no hay patata. En un frasco, en un pastillero. No puede andar muy lejos. Aquí no, aquí tampoco. Vamos Melquiades, tú puedes. Este vejestorio no puede salirse con la suya. Sería un desperdicio. Dudo hasta que la vaya a usar. La tiene para presumir en las partidas de cartas. Y en el cine de los domingos. Y en los paseos por el jardín. Y delante del atajo de viejos ignorantes de su pueblo. A buen seguro que les dirá: “pues yo en la residencia tengo una y en cuanto me dé la gana la uso y me quedo como un señor”. Pero todos sabemos que no va a usarla. No tiene cojones. Hay que ser muy hombre para atreverse. Es tuya, Melquiades, solo puede ser tuya. Te la mereces. (Ronquido) ¿No me estarás escuchando, viejo cabrón? ¿Duermes, verdad? Vamos, vamos, tiene que estar cerca. A ver aquí… joder… aquí hay muchas, pero no, no tienen su tacto. Reconocería su forma entre un millón. Ni siquiera me hace falta contemplarla. ¿Qué cojones es esto? Este cabrón cierra la ventana a cal y canto. No veo nada. Parece una… Parece una… una urna. ¡Hostias, las cenizas de su mujer como poco! El caso es que no. Suena algo solitario en su interior. Tal vez sea… tal vez… ¡¡¡Sí!!! ¡Es ella! ¡Es ella! ¡Es mía! ¡Es mía!

HONORATO: ¡Quieto parao´Melquíades! ¡Como no la sueltes te saco las tripas aquí mismo!

MELQUIADES: ¡Joder, qué susto! ¡Va Honorato, va! ¡No me jodas! ¡Tú no la quieres para nada! Los dos sabemos que no la vas a usar.

HONORATO: Cierto, pero es mía. El doctor Mínguez me la regaló cuando murió mi esposa y no pienso desprenderme de ella.

MELQUIADES: Viejo tarado. Si la tienes en la urna de las cenizas tu mujer. ¿Qué hiciste con sus restos? ¿Te los fumaste?

HONORATO: No es asunto tuyo. Sal de aquí ahora mismo o llamo a las enfermeras.

MELQUIADES: Tú no lo entiendes Honorato. Yo la necesito. Quiero volver a sentirlo una última vez. Volver a sentirlo, ¿entiendes?

HONORATO: Me importa tres cojones lo que quieras volver a sentir. La princesa azul no sale de mi habitación.

MELQUIADES: Vamos, Honorato, por los viejos tiempos.

HONORATO: Te he dicho que no.

MELQUIADES: ¿Qué tal un intercambio? Seguro que podemos llegar a un acuerdo. Solo tienes que decirme lo que quieres. ¿Mi colección de relojes acaso? ¿El autógrafo de Di Stéfano? ¿Mi transistor? ¿El postre de cincuenta sábados? Vamos, habla. Algo tiene que haber.

HONORATO: Quiero una foto de tu hija. De la mayor. La que solo viene a verte en Navidades.

MELQUIADES: ¿Cómo dices?

HONORATO: He dicho que quiero una foto de tu hija a cambio de la princesa azul.

MELQUIADES: ¿No hablarás en serio, viejo salido? ¿Para qué cojones ibas a querer tú una foto de mi hija?

HONORATO: Eso no es asunto tuyo.

MELQUIADES: ¿Cómo que no es asunto mío? ¿Me pides una foto de mi hija y no es asunto mío?

HONORATO: ¿Hay trato o no hay trato? ¿Princesa azul por foto?

MELQUIADES: ¡Vete a tomar por culo, viejo tarado! ¡Estás loco! ¡Estás loco y un día de estos me vas a encontrar! (Sale de la habitación).

Almasy©



ANDRÉS SUÁREZ: "Rosa y Manuel"