viernes, 27 de marzo de 2009

64. Suspenso en utopías


Volvía hace unos años a casa en el tren de cercanías cuando me topé con un par de zagales militronchos que supongo salían de permiso. No portaba yo una lectura agradable con la que acompañar mi viaje, así que pegué la oreja a la plática de los dos acuartelados. Llámenme olión, pero soy de los románticos capaces de disfrutar con una simple conversación, aunque sea de otros.


Sendos rapaces comenzaron a largar sus hazañas castrenses, normal y lógico, si bien en un momento de la cháchara la cosa derivó al terreno de las elucubraciones y los sueños. El más espigado de los dos le preguntó a su interlocutor por el coche de sus amores. No se anduvo por las ramas y le propuso dos modelos concretos: “¿Ferrari F-40 o Lamborghini Diablo?”, pongamos.


Estaba a punto de desconectar cuando la respuesta del más enjuto me retuvo: “Ninguno”. ¡Eureka!, estuve a punto de exclamar, un jovenzuelo al que, como al que suscribe, le importan los autos un cojón de pato.


-“¿Y eso?”- cuestionó el preguntador.


-“Porque los dos chupan mucho y el seguro debe ser carísimo”- sentenció el respondedor.


Ahí me desplomé con todo el equipo. Ni para soñar tuvo fuerzas el desolado quinto. ¡Siendo todavía tan gratuito como lo es viajar por todos los confines con la mera lectura de un libro! Triste, ¿verdad? Porque si la realidad es ya de por sí cruda del copón, sin quimeras que la endulcen se me antoja dramática. En resumidas cuentas: pobre en el bolso pase, pero jamás de los jamases en el espíritu.


Almasy©



The Cranberries: "Dreams"


viernes, 20 de marzo de 2009

63. El mi pueblín (Reloaded)

No son ni mucho menos expresiones exclusivas de mi irreductible aldea las que a continuación voy a referir, pero en la medida en que somos usuarios de las mismas cabría al menos considerarnos un poquito propietarios de ellas. Faltaría plus, con lo orgullosas que somos las gentes del norte, no reivindicásemos nuestra parcelita lingüística. Siquiera un cuartal, coño. Me seducen especialmente las siguientes chanzas y/o modismos:


1. La manera más extendida de ventilar presto por teléfono al cansino palizas de turno: “Oye, te dejo que esto corre”.


2. La ancestral explicación cuando se pierde la señal de la caja tonta: “Esto va a ser de allá”.


3. El saludo tradicional cuando un lugareño se cruza con otro de su misma condición por la calle: “¿Qué hay?” o “¿Qué pasó?”, mientras que si el individuo es un emigrado de esos que vuelven a casa por Navidad se impone el “¿Tú de quién eres?”, el “¿Estás por aquí?” y el “¿Vinisteis todos a pasar unos días?


4. La insignificancia del ser humano se resuelve con un palmario y contundente. “No somos nada, y en pelotas menos”.


5. Si alguien percibe que estás disfrutando de un ápice de ociosidad, te espetará un: “¡Qué bien viven algunos!”. A lo que mi tío Isidoro suele responder con un lúcido y rotundo: “¡Ya viví antes mal!


6. Las dudas existenciales por antonomasia, a saber: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?, suelen plantearse en otros términos parecidos, que no iguales: “Estudiantes que estudiáis y sabéis el latín a fondo, ¿por qué el caballo en el prado, caga el cagajón cuadrado, cuando tiene el culo redondo?


7. Las propinas rácanas a los ahijados las justifica el padrino con un incuestionable: “Es pa´ que mires por el dinero”.


8. El lenguaje abreviado de los sms debimos patentarlo tiempo ha, pues en no pocas ocasiones le oí yo a mi abuelo lo de: “Vamos an ca´ el ti´ Picanes”.


Almasy©

LOS SUAVES: "Dolores se llamaba Lola"