jueves, 22 de diciembre de 2011

182. Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Entiendo que en estos momentos se estarán preguntando qué hace un pavo con 34 inviernos a la chepa jodiendo la marrana con una misiva que incremente sus labores por estas fechas. Sin embargo, también sus majestades hicieron la gracia de traerme al mundo un gélido 6 de enero de 1977 (guiño a mis lectores para que recuerden que en breve pueden hacerme un regalo si tienen a bien) y aunque solo sea porque me provocaron un terrible trauma infantil creo que merezco poder importunarles con mis peticiones. Sí, sí, como lo oyen, un trauma en toda regla. ¿O acaso no pensaron que ningún amiguito vendría a celebrar mi cumpleaños el día de Reyes?

Dicho lo cual procedo a relatarles todo aquello que deseo acarreen en sus alforjas desde los confines de Oriente hasta mi humilde morada:

-Que mi segunda princesa, que no la segundona, vea la luz sana como una manzana y que si no es mucho pedir tenga el físico, la paciencia, el don de la oportunidad, la sabiduría, la fortaleza mental y la integridad de la madre y el dinero del padre.

-Que mi primera princesa entienda que la segunda no va a concurrir en este mundo con el propósito de destronarla, sino de sumar un miembro a la familia real.

-Que el 2012 traiga pan para los que tienen hambre y hambre para los que tienen pan, así como trabajo para los que tienen ganas de trabajar y ganas de trabajar para los que tienen trabajo.

-Que esa prima de la que hablan los noticiarios deje de correr peligro. Todo el día apuntan que si sube de 300, que si baja de 350. No sé, yo no entiendo nada. Debe ser que va muy rápido y corre el riesgo de ahostiarse. Pues que la paren.

-Que nos echen de la Unión Europea de una puta vez y podamos vivir en paz una crisis a la española. Con nuestras peseticas, aunque sean pocas.

-Que la señora Merkel solucione sus problemas de estreñimiento severo y que el señor Sarkozy permita que sea su señora esposa la que lo represente.

-Que alguien me explique cómo se reactiva el consumo con los precios subiendo y los salarios bajando. Que muy listo no soy, oigan ustedes, pero gilipollas tampoco.

-Que se erija un monumento o se le abra un museo a varios de los grandes mitos del siglo XX: el contrato fijo, la palabra de honor y el apretón de manos para cerrar los acuerdos.

-Que todos los que perturban las condiciones de trabajo de los profesores o que simplemente desean que se vean perturbadas sufran de por vida serios problemas para controlar sus esfínteres.

-Que el Tío la Vara recuerde a nuestros dirigentes a base de estaca de avellano que el trabajo, la vivienda, la educación y la sanidad dejaron hace tiempo de ser lujos de unos pocos para convertirse en derechos de todos.

-Que el solomillo, el chocolate, la cerveza, la coca-cola, el pincho de tortilla, el bocata de panceta con doble de queso, la cecina, el mojito cubano, los donuts, el café goloso y los risketos, entre otros, muten en alimentos hipocalóricos con un alto componente quemagrasas.

Poco más.

Atentamente,

Almasy©

(Esta bitácora se despide hasta pasadas las Navidades. Felices Fiestas a todos)

Free Hugs in Sondrio (Italy)


jueves, 15 de diciembre de 2011

181. Me quiero

Hoy me expongo ante ustedes desnudo y desarmado. Sin careta que me cubra el rostro, abierto en canal. Sin manto de ironías que me acojan y sirvan de parapeto. Sin lugar para los dobles sentidos ni para las socarronas chanzas con las que suelo presentarme en sociedad. Aterrizo con mi lado más humano, cándido y sincero, que lo tengo, despojado de todo aquello que habitualmente me sirve para disfrazarme del desencantado que nunca fui, que no soy, que jamás seré. Hoy llego enfervorecido, casi delirante incluso, azotado por un vendaval de saludable optimismo, con la firme intención de reivindicar todo aquello que no se puede comprar ni siquiera con todo el oro del mundo bien reunidito y reluciente. Para valorar esas pequeñas cosas que se convierten en momentos inolvidables. Esos que tatúan nuestra existencia, nuestra memoria, el camino recorrido. Desembarco para vivir con ustedes, durante las apenas cuatro decenas de líneas que pueda juntar en este escrito, el mejor momento del día.

Hoy necesito creer en que todo aquello que me enseñaron es cierto, que merece la pena, que me diferencia del resto. Es preciso que me quede claro que aquello que todos dicen que no sirve para nada, verdaderamente alimenta mi espíritu. Hoy necesito empaparme de buenas vibraciones, de anhelos legítimos, de valores de esos que pregonan que si rigiesen el mundo, otro gallo nos cantaría: recorrer mi senda con bondad, besar si otros labios me llaman para ser besados, llorar para permitir que el dolor abandone mi cuerpo y mi alma, gritar para aliviar la congoja que oprime mi pecho, encomendarme al Dios en el que quiero creer y no creo, luchar hasta la extenuación por ese sueño aparentemente inalcanzable.

Hoy me exijo volver a creer en la amistad, en el valor de un abrazo, en que mis pasos, aunque a veces se tornen lentos y pesados, dejan huellas imborrables, únicas, seguramente irrepetibles. Hoy no necesito tanto que me quieran como quererme yo. Me van a permitir incluso, en la jornada que nos ocupa, hasta me piropee y me diga “guapo”, “chulazo”, “bien parido”.

Hoy preciso liberarme del habitual sentimiento de culpa que acompaña todas y cada una de mis acciones. De las inseguridades, de los remordimientos con y sin sentido, de las incertidumbres que me aturden, de los fuegos fatuos en los que acostumbro a empantanarme, de los quebraderos con y sin fundamento, de los pequeños y de los grandes detalles que me quitan el sueño.

Hoy necesito volar, surcar los cielos a lomos de Fújur y recorrer la historia interminable que yo quiera escribir. Hoy necesito volver a creer en la poesía, en los cuentos infantiles, en los Reyes Magos y repetirme hasta la saciedad que todo el mundo es bueno hasta que se demuestre lo contrario.

Hoy voy a empeñarme en resolver que merezco la pena tal y como soy, que no da igual si estoy o no estoy, que solo con mi presencia, apenas despierto cada mañana, este mundo es mejor mundo.

Almasy©


Chambao: "Hoy puede ser un gran día" (con permiso del maestro Serrat)


jueves, 8 de diciembre de 2011

180. Tipos grises (reloaded)


En el día de hoy rompo dos tradiciones: por primera vez la imagen que corona la entrega es de un servidor y por primera vez también, y ya van 179 entregas a las espaldas, se dice pronto, reproduzco una entrega anterior, para más señas la 132, "Tipos grises". Sin embargo, creo que la ocasión lo merece. Básicamente porque en el día de ayer Sonido en Dosis, compuesto por Rafael Fernández, "Kuso", y Sergio Vidal, "Ego Soul", dos antiguos alumnos cada vez más nuevos amigos, presentaron su primer trabajo discográfico conjunto, "Mendigos de Fe". En el mismo se incluye precisamente a modo de pista musical el escrito abajo reproducido interpretado por un servidor. Cuando me pidieron grabarlo nunca pensé que finalmente vería la luz, pero estos dos chavales, además de ser buena gente, tienen palabra, compromiso, pasión por lo que hacen, seriedad y un arranque juvenil que ya quisieran muchos para sí. Les aseguro que estoy francamente conmovido por su gesto y que incluso alguna sincera lágrima afloró la primera vez que escuché el tema editado. Y como es de bien nacidos el ser agradecidos no encontraba mejor forma de decirles "gracias" que recuperar la entrega en el día de hoy incluyendo la foto de mi menda que les envié para publicar en el libreto que acompaña el disco.

A vosotros, tipos grises, anodinos, pacatos, contumaces obedientes, los que nunca rechistáis, los que aceptáis el destino tal como viene, sin rebelaros ante las venturas y desventuras que este os depara. A vosotros, hombres desdibujados, apostados tras la multitud con la única pretensión de pasar inadvertidos. A vosotros, ministros del anonimato, de la discreción, maestros de la voz ahogada y el gesto contenido, aferrados a la tiranía del callar y el otorgar. A vosotros, tontos útiles, pasto fácil de castigos ejemplarizantes en plazas públicas, cobayas de laboratorio que consentís sin rechistar los reproches de los que mandan, mientras que aquellos que envenenan el mundo a diario campan a sus anchas y hasta reciben loores adornados con medallas.

A vosotros, que no gritáis, que no lucháis, que recibís el día como corresponde porque así estaba escrito, sin margen de maniobra, sin lugar para la sedición. A vosotros, seguidores fehacientes de lo correcto, de lo legal, de lo estipulado, sin apartaros un ápice de la travesía preestablecida por los que manipulan y quebrantan insistentemente las reglas del juego. Aceptando penalizaciones que os serían ajenas, asumiendo castigos que no os corresponderían, abrazando directrices con las que no os identificáis, pagando peajes de sendas que no habéis transitado, bajando la mirada, apenas frunciendo el ceño, apretando los dientes y tragando saliva. Siempre tragando. Humillados, sumisos, dóciles, afiliados a un perenne adocenamiento, ninguneados por propios y extraños, evitando el cuerpo a cuerpo, estragados de miedo, fartos de temores infundados, ahítos de recelos, ocultos allende vuestra propia sombra. A vosotros, aliados de la penumbra, desconocedores de la luz y los colores, esclavos de pulsiones ajenas, peleles de trapo vituperados con y sin razón hasta la extenuación. A vosotros.

Almasy©

SONIDO EN DOSIS: Promo "Mendigos de Fe"

TIPOS GRISES OUTRO


viernes, 2 de diciembre de 2011

179. Decálogo de desconfianzas

Supuestamente es función legal y moral que un progenitor cuide de su prole. Concibo pues como evidente que entre su protección debo incluir toda una serie de advertencias a tener en cuenta a fin de evitar males mayores. Así pues, cuando la criatura tenga uso de razón espero sentarla sobre mi regazo para notificarle todos aquellos peligros sobre los que debe estar alertada. Soy consciente de ir contracorriente, pues ahora se estila más lo de dejarles hacer, por eso de que hagan un uso consciente de su libertad, no se frustren y otras patochadas variadas que esgrimen los adalides de las psicopedagogía. Los dioses me libren de querer esclerotizar a mi princesa, pero no me perdonaría no haberle advertido de todo aquello que su padre desearía ver a leguas de su cuerpo y de su alma. Luego ella hará lo que se le antoje, faltaría más, y aprenderá por las buenas, por las malas o por las regulares (incluso a base de hostias). Hasta entonces, hete aquí mi nómina de vades retros particulares:

1) Desconfía de todos aquellos que presumen ir de cara, pues poco distan en tal caso de ser jodidos kamikazes.

2) Desconfía de los endocrinos, dietistas y demás chusma, pues cada vez estoy más convencido de que te prohíben la ingesta de manjares varios en aras de quedárselos para ellos solos.

3) Desconfía de aquellos que dicen que no beben alcohol, no fuman, no follan. ¿Por qué? ¿Qué ocultan? ¿Qué fin ilícito persiguen con esta conducta?

4) Desconfía de los que te digan que ya están de vuelta de todo, pues no son sino muertos que hablan.

5) Desconfía de las leyes, pues si algo demostraron los tiempos es que la mayoría responden al capricho y los intereses de los que las promueven.

6) Desconfía de los vigilantes, pues rara vez son vigilados.

7) Desconfía de los que se llamen tus amigos, pues aquellos que lo son –si es que la amistad existe, cosa que dudo– no precisan verbalizarlo. De hecho, recuerda siempre que un amigo es aquel que permanece a tu lado cuando en realidad le gustaría estar en otro sitio.

8) Desconfía de los que piensan que para que algo exista debe ser publicado en feisbuk (“¡Estoy en El Escorial comiéndome una ración de rabas!”, “¡Es viernes!”, “¡Es sábado!”, “¡Es domingo!”, “¡Llegaron las vacaciones!”, “¡Estoy de fiesta!” (subo una foto vía dispositivos móviles apretándome un mojito al tiempo que por detrás se ve a un espontáneo echando la papa), “¡Estoy defecando!”, “¡La mierda se me antoja pastelosa y con tintes ocres!”). Manada de gilipolleces surtidas llegamos a poner, oigan.

9) Desconfía de los babosos machistas cambiacapas hijos de mil zorras que venderían a su madre a cambio de una arroba de vino peleón.

10) Desconfía de todos aquellos alimentos relacionados con palabras como precocinado, industrial o transgénico. Por el contrario, fíate de todo lo casero: del arroz con leche casero, de la tarta de queso casera, de las natillas caseras, del flan casero, de la leche frita casera, de la tarta de la abuela casera, de la cuajada casera, de la delicia de nata casera, de la delicia de café casera, de la delicia de queso casera, de las torrijas caseras, de la crema catalana casera… ¡Sí hija, sí, también de la catalana!

Almasy©

LOS AMAYA: "Vete"