martes, 25 de noviembre de 2014

225. Y una vez más... teatro


Y una vez más. Café a primera hora, y a segunda, y a tercera. Café todo el tiempo. Paradójicamente para apaciguar los nervios, o quién sabe si para desbocarlos de una vez por todas.

Y una vez más. En busca del sonido perfecto, de la silla en el sitio correcto, de la mesa en el lugar adecuado, de la marca que case a la perfección con el foco elegido.

Y una vez más. Componiendo ropajes, adecentando cabellos, disponiendo mejunjes imposibles sobre rostros que en días como hoy son lienzos.

Y una vez más. Comidas a deshora, siempre desproporcionadas, frecuentemente aderezadas con suculentas conversaciones que en ningún otro lugar podrían acontecer. 

Y una vez más. Sacos de tensión de última hora. Y ese texto que parece que abandona tu cabeza, y esos pasos que parece que se desdibujan, y esos acordes que parece que se vuelven turbios.

Y una vez más. El runrún del público impaciente, el incisivo soniquete del telón mientras se abre, los primeros pasos en las tinieblas hasta que una luz habilita el comienzo. Una vez más.

Almasy©


KUSO: "La poesía de tu cuerpo"

viernes, 21 de noviembre de 2014

224. Portabilizando


Voy a escribir sobre ello a modo de grito porque resulta más barato que pagarse un loquero y menos delictivo que hacerse con una recortada y emprenderla a tiros.

El caso es que hace cosa de un mes me llama una señorita comercial de la empresa de telecomunicaciones Botellón. El número tenía prefijo de León y yo todo lo que suena a León lo cojo. Da igual que sea cecina que una llamada. Craso error en esta ocasión. La tipa, tirando de rollito seductor -se lo juro- me convence de que mi actual compañía, Pornostar, es una ladrona desde sus tiempos como Telearmónica y que yo soy medio tonto por acceder a pagar los dinerales que piden. Finalmente me presenta una oferta irrechazable: hasta 20 MB de velocidad por casi la mitad de lo que pago. Fibra óptica ni más ni menos. Nada que ver con lo que tengo. Si no la acepto podría ingresar en el tradicional Libro Guinness engrosando la sección de los mayores estúpidos del planeta. Después del tradicional "llámame dentro de unos días que lo tengo que consultar con mi mujer que es la que lleva estas cosas" la tipa insiste hasta que le doy el sí quiero.

Todo parece rodar viento en popa al principio de la relación. El router que llega en apenas tres días y la portabilidad en no más de diez. Pero hete aquí que me pongo a instalar el router y que cuando meto el cable en la ranura de la fibra la cosa no chana. Tras unos cuantos "me cago en la puta que los parió" pruebo la opción de ADSL y entonces va a ser que sí. O sea que donde dijeron "fibra", ahora es "ADSL", o como diría el maestro Mota: "lo mismo que antes fibra, ahora ADSL".

Decepcionado con el hallazgo decido coger aire, aclarar mi garganta, acomodarme los cojones y tirar de teléfono para reclamar a quien corresponda. Inicialmente pruebo con el número de atención al cliente general, el 123 responda otra vez. Tras una buena montonera de mensajes grabados antes los que uno contesta con cara de anormal de carrito -"continuar", "sí", "sí", "problema con la fibra", "sí", "sí", "otros"- me atiende un operador que les juro por mis niñas que no hablaba mi idioma. Evoco entonces un portal de facebook que lleva por nombre "Se me saltan las lágrimas cuando la teleoperadora es española".

Excusa por aquí, excusa por allá, me acaba invitando a que contacte con el servicio de contratación en el 1444, pero la cosa tampoco torna de color. De hecho al final la única variable que se modifica es el teléfono al que recurrir para resolver mi problema, en este caso el 1704, responsable nada más y nada menos que de las contrataciones online. Y cuando todo parecía que no podía resultar más desesperanzador y absurdo va a ser que sí. Que sí podía. Porque el operario de marras me remite en este caso nuevamente al 123 responda otra vez del principio. La cuadratura del círculo. El vuelva usted mañana de Larra perfectamente adaptado al siglo XXI. Si ya lo dice el refrán: "más vale Pornostar conocido que Botellón por conocer".

Almasy©



MELENDI: "Lágrimas desordenadas"