jueves, 18 de noviembre de 2010

139. El nazi II: Procuro

Supongo que el ser humano es lo mejor y lo peor del universo mundo. Sin embargo, en no pocas ocasiones tiendo a ver el vaso medio vacío en lugar de medio lleno y seguramente ya se habrán percatado que con cierta frecuencia me entra la vena misántropa y dedico esta página a verter sapos y culebras contra todo homo sapiens que se precie y meneé (véase El nazi). En este sentido, no es casual que una de mis citas literarias favoritas rece en los siguientes términos:

“Odio a los fatuos, y si las leyes no existieran, dedicaría las tardes de los domingos a asesinar a tiros de pistola a todos los fatuos que conozco. También asesinaría a los que ahuecan la voz al hablar. Y a los que hablan alto sin ahuecar la voz. Y a algunos que ni ahuecan la voz ni hablan alto. En resumen: asesinaría bastante gente”. (PONCELA, Jardiel: Amor se escribe sin hache).

Personal y afortunadamente, la aversión que siento hacia numerosos entes del globo no trasciende hasta límites asesinos, sino que acostumbro a conformarme con procurar apartarme de determinados especímenes.

Así, procuro huir, no siempre es posible y por ende no siempre lo consigo, de todos aquellos que entienden que arreglarse significa enfundarse la elástica del equipo de fútbol de sus amores. De los que consideran que el oro es un metal precioso y abogan por poblar su cuerpo con todo tipo de abalorios áureos. Procuro evitar también a los que alardean de disfrutar con los programas del corazón y encumbran a Belén Esteban a la categoría de princesa del pueblo. Aunque pensándolo bien, si el pueblo idolatra la chabacanería, el oportunismo, el aquí estoy porque he venido y las muecas reservadas a los mamarrachos zafios, entonces la Esteban sí puede que merezca tal honor. ¿Me entiendes?

Presto me aparto también de aquellos a los que les suena en el móvil la sintonía de algún himno deportivo o el último hit de los 40 principales. Asimismo, de los que entienden que pasar las vacaciones es irse a Levante para apostarse a las 7 de la mañana en una playa a la busca y captura de un rincón en el que ubicar su tenderete.

Tampoco quiero toparme con los que habitan en los bares con el carrito del bebé, ni con los que acostumbran a pitar por cualquier cosa cuando manejan su automóvil. Por el orto les metía yo la bocina.

Lejos también procuro ubicarme de los que comen y no engordan, pues algún virus fatal y extremadamente contagioso debe correrles por las venas a esos desgraciados.

De los que llevan visera cuando no hace sol y más aún si no se la calan, sino que la dejan reposando sobre su cabello, a veces este incluso engominado pese al complemento. Y en hablando de complementos, a toda prisa me alejo de los que abusan de los piercings. Jeta y cuerpo perforados por doquier como si de aspirantes a Mister/Miss Taladro/Taladra se tratasen. Y no ya por estética, sino por seguridad, pues me da la impresión que va a ser que ingieran un vaso de líquido y este se vierta por los boquetes que presenta el sujeto/la sujeta.

De los que fuman en el coche, en el ascensor, mientras comen. De los gordos que fuman, de los feos que fuman, de los gordos y feos que fuman. Ahora entenderán por qué yo, en calidad de gordo y feo, no fumo.

De los que no se quitan el chándal ni para plantar un pino y de los que se presentan en público sin camiseta, exhibiendo lorza o músculo, me es indiferente, así como también de los que se colocan una vulgar camiseta de tirantes o mangas de sisa de esas que facilitan la contemplación de la axila o sobaco. Si está depilada es más propio decir axila, pues suena más aseado, mientras que sobaco casa mayormente con pelambrera, sudor y efluvios.

Asimismo, huyo despavorido de los que consumen el envase de patatas fritas mientras hacen la compra y luego le muestran a la operaria de la caja registradora un ridículo plástico que en otra vida tal vez tuvo la condición de bolsa para que le pase el lector de código. De igual modo que de los que no se lavan las manos tras orinar. Recomendable también, por cierto, hacerlo antes, pues es tu miembro lo que está entre manos y conviene asirlo con la mayor higiene posible.

En resumidas cuentas, procuro escabullirme de mucha gente.

Almasy©

OBJETIVO BIRMANIA: "No te aguanto más"


1 comentarios:

QMPilar dijo...

Como me alegro de ser otra gorda y fea que no fuma, y de no sentirme identificada con ninguno de esos grupos humanos que describes, eso me dice que seguimos estando cerca. Un abrazo.

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