viernes, 6 de noviembre de 2009

89. Nada bueno bajo el sol


Me paro a desglosar en bloques temáticos y tiempos la información ofrecida por cualquiera de nuestros telediarios y concluyo que la cosa queda más o menos así: 10 minutos de culebrones políticos bipartidistas que bien podrían titularse “Las dos Españas”; 15 minutos de sucesos en la línea de El Caso, aquel periódico nacido durante el Franquismo que recogía todas aquellas noticias en las que siempre alguien acababa saliendo con los pies por delante; 10 minutos de los imprescindibles deportes y en torno a 5 ó 10 minutos de una abigarrada miscelánea que puede relatar desde la cría del berberecho salvaje en Wisconsin hasta la concesión del Ondas al mejor presentador a Jorge Javier Vázquez, ese filólogo reconvertido en periodista adalid de una telebasura consentida por todos. Y les advierto a este respecto que un país es la televisión que consume.

En resumidas cuentas: no pasa absolutamente nada loable al cabo de los días. Todo es corrupción, muerte, desastres ecológicos, telebazofia de aúpa y 22 tíos en calzones dándole patadas a un esférico en una praderina bien segada. No hay espacio para lo mucho bueno que supongo ocurre a diario; ni siquiera para lo normal, que afortunadamente sigue siendo lo habitual. Siempre el vaso medio vacío, empecinándose nuestros queridos medios en remarcar que el ser humano es capaz de lo peor, al tiempo que ignorando que también puede ser capaz de lo mejor. ¿Que 200 paisanos perdieron la vida en la carretera este verano? ¿Y qué hay de los 20 millones que alcanzaron felizmente sus hogares?

Es que lo normal no es noticia, justifican taxativamente los periodistas cuando se les interroga al respecto. Nuestra tarea es hacerle llegar al público lo excepcional, lo que se sale del tiesto, lo que pueda causar un desenfrenado estupor.

¿Y qué hay entonces de la función social que puede y debe cumplir también el mal llamado 4º poder? Y digo lo de mal llamado porque de 4º poder nada, primero, primerísimo. ¿O acaso alguien duda de que los grandes grupos de comunicación son controlados por las fortunas que gobiernan naciones?

Otras veces echan balones fuera y presumen la morbosidad congénita del ser humano y aclaran que ellos se limitan simplemente a ofrecer lo que la masa reclama: frivolidad y tragedia. Como si escuchar los devaneos de 4 gandules y las penas de otros que supuestamente están peor aliviara las desgracias de cada uno. Dicen que mal de muchos consuelo de tontos; pero consuelo al fin y al cabo. Pena, penita, pena, que decía la copla.

Almasy©

REINCIDENTES: “Vicio”


3 comentarios:

Adrián F. Vellé dijo...

Yo muchas veces viendo las telenoticias me pregunto: ¿pero es que este país no realiza nada de provecho que pueda ser enseñado en los medios? Como por ejemplo progresos científicos yo que sé...

sofi dijo...

waaaaa reincidentes!!!!! jajaaja. Cuanto vicio....


un abrazo enorme!!!!!!

cajas cajas dijo...

Je, je, creo que aveces un claustro es un poco como un telediario:

10 minutos de noticias
40 minutos de egos varios
y el resto a marujear

Un abrazo a este escritor infatigable, seguiremos leyéndote

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