jueves, 8 de octubre de 2009

85. ¡Qué coraje!


Entiendo que las recientes cifras de desempleo no son sino el fatal resultado de una crisis global que, como toda recesión que se precie, pasará. Lo que no parece tan temporal son las actuales exigencias del mercado laboral, ajenas, sin embargo, a la mayor parte de nuestra clase política.

Resulta que tenemos a licenciados haciendo fotocopias, a ingenieros con sueldos de titulados en FP y a doctores honoris causa cuidando exámenes en las universidades. Todos ellos con su pertinente manejo de un par de lenguas amén de la materna, pilotando sobremanera de informática, 4.000 horas de cursos a las espaldas con los que se suponía iban a acceder a una bolsa de trabajo de no te menees y una decena de masters por la universidad de Harvard.

Y para su desesperación, a escasos metros, conviven con una clase política poco o nada preparada en líneas generales pegándose la vida padre. Si mis escuetos conocimientos de culturilla general no me fallan, creo que para el desempeño de un cargo político solo hacen faltan dos requisitos: tener 18 años cumplidos y no reventar algún medidor y/o test de esos que supuestamente detectan la deficiencia mental. Tan vasto currículo se me antoja ciertamente insignificante y sin lugar a dudas a años luz del presente panorama laboral. Me atrevería a decir incluso que desanima al tiempo que jode a aquellos que entendemos el esfuerzo y la preparación sin tregua como condiciones sine qua non para el feliz desempeño de la tarea con la que pretendes contribuir a tu mejora personal y, por extensión, del conjunto de la sociedad.

Otra incongruencia en esta línea es la ausencia total de especialización de nuestros políticos, lo cual nuevamente no es sino ir contracorriente con premeditación y alevosía. Así, encontramos médicos traumatólogos que solo se ocupan del tobillo, abogados que únicamente abordan casos de derecho mercantil y obreros de la construcción a los que exclusivamente se les encomienda ralentizar el tráfico con una banderola bermellona cuando la carretera se pone en obras. Por el contrario, el presidente del gobierno de turno decide un buen día que el ministro de educación bien vale para exteriores, que la de sanidad no puede hacerlo muy mal si pasa a ocupar la cartera de defensa o que su amigo medio analfabeto de la infancia es el candidato perfecto para encabezar la lista del partido a las europeas. Total, si pal´ caso to´ es la misma merienda de negros, ¿verdad?

Almasy©



QUEEN: "Under pressure"

3 comentarios:

QMPilar dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
QMPilar dijo...

Siempre me he preguntado que tendrá el oficio de “político” que la gente inteligente, formada y honesta no quiere dedicarse a él. (Salvo excepciones, quiero creer)
Y por supuesto, nunca propondremos a un hijo esa salida profesional, ya habiamos quedado en que es preferible seguir los pasos de un Gasol o de un Cristiano Ronaldo, ¿no?.

MARIBEL dijo...

Desgraciadamente, muchos (casi siempre bastante inútiles) ven en la política una forma de vivir bien trabajando poco; y si son buenos lameculos y saben elegir el culo apropiado, suelen conseguir su objetivo. Triste pero cierto.
Por suerte, de vez en cuando nos toca algún político con espiritu de servicio y con gran capacidad de trabajo. Yo tengo la suerte de conocer alguna de estas "raras avis"

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