jueves, 24 de diciembre de 2009

96. Filete con patatas


En cierta ocasión de cuya fecha rehúyo acordarme, decidí personarme en la consulta de un nutricionista con la firme intención de que reeducara mis hábitos alimenticios y consiguientemente afinara mi ya de por sí despampanante figura.

Nada más ingresar en su habitáculo me instó amablemente a posicionarme en una de esas básculas supersónicas que te cantan peso, altura, índice de masa corporal, arrobas de grasas saturadas y, si se lo permites, hasta el código genético. A continuación sacó una especie de pinzas de barbacoa que en otro tiempo se habrían considerado instrumento de tortura de la Santa Inquisición por lo menos. Solicitó que me subiera la camiseta y se puso a darme unos infernales pellizcos en mis lorzas laterales, también conocidas como michelos, michelines y técnicamente abdominales oblicuos. El que los tenga, claro, yo de eso no gasto. En todo caso abominables.

Seguidamente se enfrascó con un portátil a introducir, supongo yo, los datos recabados sobre mi apolínea silueta, para concluir atrevidamente con un rotundo diagnóstico: “está usted en el umbral de la obesidad”. “Tócate los huevos”, pensé, “este cabrón me va a limpiar 80 euros por llamarme gordo a la cara y encima tengo que darle las gracias”.

La consulta pasó entonces al terreno del interrogatorio de los usos y costumbres gastronómicos. “¿Cuál ha sido la última vez que ha ingerido usted comida basura?”, me espetó sin preliminar alguno. “Pues esta misma tarde me he apretado un whopper completo en el Burger King con sus pertinentes patatas y bebida grandes”. “¿Es consciente usted de que para eliminar el exceso cometido necesitaría hacer un esfuerzo físico equivalente al que implica correr un Maratón?”, volvió a agredirme. “Pues va a ser que no tengo ni tiempo ni ganas de emular a Filípides recorriendo los más de 40 kilómetros hasta Atenas para anunciar la victoria de los griegos sobre los persas”, me respondí a mí mismo con mi mecanismo.

Tras el impertinente tercer grado, el menda sacó unas definitivas tablas malditas de combinaciones de alimentos prohibidos que ni las que le dio el Jefe a Moisés. ¡Cuál sería mi sorpresa cuando comprobé que el tipo me pedía destrozar matrimonios culinarios que llevan unidos desde tiempos inmemoriales! ¡Cómo se atrevía a semejante sacrilegio, si dichos alimentos están tan absolutamente fusionados que parecen uno solo! De hecho, me atrevo a proponer a la RAE que los considere palabras compuestas. Me refiero, verbigracia, al filete-con-patatas-fritas, los macarrones-con-chorizo, los nachos-con-queso o nuestros tradicionales churros-con-chocolate. “¡Separatista gastronómico!”, estuve a punto de gritarle.

Pero lo que verdaderamente me tocó el alma y el buche fue cuando ese que llaman nutricionista y yo propongo rebautizar como negrero, se atrevió a orientarme incluso en los platos que debía pedir si salía a cenar fuera de casa. “Tiene usted que acostumbrarse a comer pescado y verduras cuando sale por ahí”, me lanzó sin tapujos. Con esto ya no pude contenerme y me vi en la obligación de saltar: “¿Pero qué me estás contando? Si para mí las palabras cena con los amigos son absolutamente sinónimas de mollejas-pulpo-un Rioja o dos, depende del día-solomillo poco hecho a la pimienta-tarta de queso-cortado con dos de azúcar y chupito de hierbas para rebajar. Lo siento mucho, me he equivocado de sitio. Venía a perder unos kilillos, no a trocar una esclavitud por otra. Ta´luego Lucas".

Almasy©

Rafa-él: "El Tamborilero"


4 comentarios:

Srta.Mayo Fernández dijo...

Feliz navidaddddddddd jai jai!
Menudo trago debiste pasar,ahora te entiendo...jijiji

MARIBEL dijo...

PERO TÚ ¿POR QUÉ TE CREES QUE HAY GORDOS? ¿ES QUE NO CONOCES EL DICHO DE QUE TODO LO BUENO O ENGORDA O ES PECADO? LO MEJOR ES QUE RECUERDES QUE CADA SOLOMILLO QUE PASA ES IRREPETIBLE ¿O ERA CADA MOMENTO? BUENO, ES IGUAL; LO IMPORTANTE ES ESTAR SEGURO DE QUÉ ES MÁS IMPORTANTE PARA CADA UNO Y NO AMARGARSE LA VIDA; QUE YA INTENTAN "OTROS" AMARGARNOSLA BASTANTE.
UN ABRAZO Y ¡FELICES SOLOMILLOS! NO, QUERÍA DECIR ¡FELIZ NAVIDAD! (O LAS DOS COSAS)

Anónimo dijo...

Pues después de leer tu entrega semanal, sólo me queda concluir: cuándo quedamos para el homenaje pendiente en La Selva.
Pedro.

QMPilar dijo...

Dime que Nutricionista es ese para NO ir. Muchos besos

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