sábado, 13 de junio de 2009

75. Balance


Hoy se cumplen cuatro meses desde que viniera al mundo mi primogénita y heredera universal. Han sido y continúan siendo cientos de miles de emociones las que me invaden sorpresivamente a diario, pero considero que me encuentro en un buen momento para reflexionar durante unas líneas sobre lo acontecido. Sin embargo, y aunque solo sea por una vez en mi vida, intentaré que mis cavilaciones a este respecto no estén gobernadas por la razón sino por el sentimiento. Pretensión ciertamente complicada para el que suscribe, créanme, pues tal vez por mi condición de historiador con ínfulas científicas, he estado con frecuencia demasiado vinculado al movimiento de la Ilustración y su defensa a ultranza de la racionalidad. Empero, la llegada al mundo de Carla ha golpeado mis cimientos filosóficos y ha permitido que mis emociones inicien un despertar que sigue su curso. Lento pero seguro, que diría el otro, pues lo que lleva aletargado un tiempo conviene desperezarlo con suavidad.

Ella ha confirmado que ante determinadas circunstancias no cabe el raciocinio sino la pasión desenfrenada, que ante momentos concretos no ha lugar para el pensamiento sino exclusivamente para la acción. En definitiva, me ha permitido constatar que con excesiva frecuencia nos ocupamos simplemente de vivir la vida en lugar de sentirla con vehemencia. No les miento si afirmo que este hecho me ha descompuesto en ciertos instantes, hasta el punto de provocar que se tambalease de alguna manera mi cabal y ordenada existencia. Asimismo, está contribuyendo decisivamente a que me inicie en el cuestionamiento de esa máxima cristiana que reza que la caridad empieza por uno mismo. Hasta que llega un hijo, oiga usted. Y si no malo.

A tenor de lo expuesto puedo afirmar que me estoy convirtiendo en un acérrimo y ferviente seguidor del verbo RELATIVIZAR en su mejor versión; o sea, no es que todo me la pele a excepción de mi retoño, pero casi. Sobre todo cuando te percatas que una sonrisa suya liquida de un plumazo toda la cantidad de sinsabores que el día te haya deparado. Que su llanto solo invita a la atención ilimitada. Creo estar en proceso de recuperación de la grandeza de las necesidades primarias y a concederle el valor que se merecen nuestros ancestrales rudimentos físicos. “Dedícale uno a papi”, insto ceremonialmente a Carla a fin de que esta me regale un eructo tras haber mamado su correspondiente ración de leche materna. “Olé mi niña”, le jaleó cada vez que me regala un pañal bien cargado de excrementos y orines.

¿Qué se me cae la baba, dicen? A calderadas, queridos. Pero ¿cómo evitarlo?, si cada vez que su mirada se encuentra con la mía me pregunto si no estaré soñando. “¿Cómo que te parece mentira?”, me cuestionó la ginecóloga nada más traerla al mundo al percibir mi estupefacción. “Es de verdad y es tu hija”. Ahí queda eso. Ahora vas y lo cascas.

Almasy©


LA OREJA DE VAN GOGH: "Palabras para Carla"

(Digno colofón a mi moñez encoñada de la entrega de hoy)


8 comentarios:

Kloud dijo...

Es cierto que nos pasamos demasiado tiempo "intentando vivir" y no viviendo. La verdad es que al leerte puedo entender incluso sentir lo que sientes, pero creo que hasta que no tenga yo un "furby de esos" como tú, no llegaré a entender del todo el fondo de tus palabras. Que gran suerte que tu niña sea tu "psicóloga" jajaja. Un abrazo Jaime.

sofi dijo...

jajajaja que nadie te haga bajar de esa nube. Pues si tu pequeña significa vivir cada momento al máximo olvidaté de lo demás. No creo k nada sea tan increíble y sorprendente como traer una vida al mundo... pero obviamente para chavales como yo eso queda aún muuuuuyyyy lejos XD. Cada cosa a su tiempo. Pero hay que vivir, lo que pasa es que a veces nos olvidamos...



"El hombre capaz de centrar sus pensamientos y esperanzas en algo que le transcienda puede encontrar cierta paz en los problemas normales de la vida, algo que le resulta imposible al egoísta puro" (Bertrand Russel)



Un saludo!!!

xbumasx dijo...

Espero que cuando crezca le enseñes lo que has escrito sobre ella.
Aunque parezca mentira a los adolescentes nos gusta vernos un poco queridos por nuestros padres xD

Patrixjasyu dijo...

lo dicho: una nueva dimensión.

QMPilar dijo...

Bienvenido al clan.

MARIBEL dijo...

Hoy voy a ser muy escueta:
yo fui Maribel hasta que nació mi primer hijo. A partir de entonces empecé a ser la madre de.... Eso me hizo enfocar la vida de forma absolutamente distinta en muchos de sus aspectos.
El nacimiento de un hijo, es un cataclismo. Estupendo sí, pero cataclismo.
Qué sigas disfrutando de tu hija. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Yo tengo dos princesitas, una de 3 y medio y otra de casi 2 añitos. Si a ti se te cae la baba, a mi se me cae dos veces, ja, ja, ja… Y al ser niña, en cuando aprenda a decir “papi, papi, no te vayas a trabajar” es que se te caerán los cojones al suelo, que las princesitas son de los papis ;)
Mira que es duro ser padre y la de cosas que tenemos que sacrificar, pero no las cambiaria por nada del mundo. Muchísimas felicidades, padrazo.
Que buena la portada del YODA! yo es que lo de los programas del corazón lo llevo fatal.
¿Te apetecería entrar en mi pequeña comunidad?
Se llama “Gente de puta madre + IVA” pongo la cabecera y enlace de mis ciberamig@s. Con esto del concurso esta pequeña comunidad va creciendo día a día.
Te invito a que me conozcas y si quieres, nos enlazamos. También me gustaría que, sin ningún tipo de compromiso, me visitaras y juzgaras, participo en la sección de “Actualidad” Si no me crees merecedor de tu voto, me conformo con que tú me enlaces a mí, yo te enlazo a ti y nos hagamos ciberamigos que, al fin y al cabo, será lo que nos quedará y el mayor premio que obtendremos de toda esta locura. ¿Oka?

Muchas gracias y que disfrutes de tu pequeña princesita y de las vacaciones ;)

http://www.loquemetocaloscojones.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Que te he dejado 5 estrellitas en la blogoteca, que no me quedan votos que darte :(

Más salu2.

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