
Reconozco, por ejemplo, que sobre el aborto voluntario – ni se me ocurre discutir un ápice los tres casos legales que se contemplan actualmente en España: violación de la mujer, peligro para la madre y riesgo de enfermedad grave para el bebé – no tengo una opinión absolutamente formada por varios motivos. En primer término porque no soy un experto con la capacidad necesaria para diferenciar dónde acaba el cigoto y empieza el feto, o por ponerme aristotélico, en qué momento la criatura deja de estar en potencia para tornarse en acto. Sí tengo más claro mi frontal rechazo a esas feministas de postal que ignoran la opinión de los varones reivindicando para este asunto el aclamado lema: “nosotras parimos, nosotras decidimos”, porque seguramente las que lo berrean son las mismas que luego instan al padre a implicarse en cuerpo y alma al cuidado de la criatura en los mismos términos que la madre. Aquí o jugamos todos o se rompe la baraja.
Lo que parece evidente es que si todos convenimos que tener un hijo debería ser el resultado de una decisión seria y meditada, su interrupción voluntaria, o sea el aborto, también debería cumplir este mínimo requisito. Es por ello que reclamo un estudio pormenorizado de cada caso a fin de minimizar las posibles decisiones equivocadas. En definitiva: que no me niego de plano a que se practique según qué circunstancias, pero tampoco es cuestión de equiparar un legrado con una extracción dentaria como parece que se plantea desde algunos foros, ¿verdad?
Por su parte la eutanasia es harina de otro costal, pues no implica decidir sobre la vida de un tercero, sino sobre la propia, así que si a uno se le pone en los cojones o en los ovarios quitarse de en medio, allá cada cual con su existencia, que para eso es suya. Ahora bien, esto tampoco significa que anhele con especial fruición la aniquilación de enfermos terminales, sino que me inclino porque cada cual resuelva sobre su propia vida como le venga en gana.
Lo dicho, damas y caballeros: ni a favor ni en contra de la eutanasia y con dudas sobre el aborto. Vamos, que no encajo.
Almasy©
Los Delinqüentes: "Nube de pegatina"
2 comentarios:
Según eso, yo tampoco encajo, porque estoy totalmente de acuerdo contigo. No sé si debiera preocuparme tanta afinidad en casi todos los asuntos, por suerte siempre surge alguna cosa en lo profesional, en la que no coincidimos, lo contrario sería terriblemente aburrido. Bss.
Dadas las circunstancias...¿quién quiere encajar?
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