viernes, 4 de abril de 2008

22. Recién llegado



Llegó al centro para afrontar su primer día de clase. Su padre no podía trabajar legalmente aún, pero en algún sitio de no se sabe qué ley se especificaba que él debía estar escolarizado. A fin de cuentas solo tenía doce años y todo parecía indicar que habían aterrizado en un país desarrollado de esos que establecían la escolarización obligatoria hasta los dieciséis años. No habían podido acompañarlo porque para su progenitor también era su primer día en la obra. Acudió solo, con las legañas a medio lavar, apenas desayunado y sin disponer todavía de la ropa adecuada para afrontar las inclemencias de ese nuevo clima tan distinto al suyo. Hacía un frío espantoso aquella mañana, absolutamente impropio de un lugar en el que se suponía iban a toparse con la buenaventura. Un primitivo sorteo de pajitas había determinado que fuese él quien acompañase a su padre en pos de la prosperidad. En el hall los alumnos más tempraneros comenzaban a deambular hacia sus clases. A él le habían dicho que se dirigiera a secretaría para recibir sus libros y que posteriormente el jefe de estudios le indicaría el aula a ocupar. En sus manos fueron depositados hasta 12 volúmenes diferentes cuidadosamente encuadernados. Únicamente había visto tantos libros juntos en aquella visita a la biblioteca nacional en primaria. Apenas comprendía siquiera los enrevesados títulos de aquellas obras: Tecnología, Educación Plástica y Visual… Todo era tan distinto. Tras recibir el material apareció una dama enjuta aunque bien parecida a pesar de que rondaba los sesenta. Conocía su nombre y le regaló su primera sonrisa desde que había llegado. Inmediatamente el gesto se tornó serio y las palabras veloces. El vómito de información fue contundente: ya tienes tus libros, este es el plano del instituto, este es tu horario, estos son tus profesores, por acá se va a tu aula, por allá se sale al patio y ahora espera aquí que te acompañará a clase tu tutor. Pasados unos instantes se acercó un tipo fornido de apariencia afable. “Me llamo Rodrigo y soy tu tutor”. Aquel había sido el mensaje más directo y sencillo que había escuchado desde el momento en que había recibido al nuevo día. Rodrigo hizo un gesto seco con la cabeza que rápidamente comprendió: “Vamos”. Casi al unísono embocaron las escaleras que les conducían hasta su aula de referencia. Cuando entraron, más de la mitad del grueso de la clase se encontraba terminando de aparatar sus abrigos y materiales. Él permaneció cabizbajo y se dirigió con algún titubeo hacia el único pupitre que parecía no tener dueño. Nada más acabar de sentarse el tutor introdujo escuetamente al inquilino recién aterrizado: “Tenéis un nuevo compañero”. De refilón ojeó su horario y se dijo: “¡Cielo santo, 6 horas aquí metido!”

Almasy©



Frank T, Zénit & Ari: "Suelo soñar"


7 comentarios:

QMPilar dijo...

Visto así parece duro y sin duda lo será, el panorama que se encuentra su padre al llegar al tajo no es muy diferente, le recibe un jefe y le pone en la mano un montón de herramientas que no sabe usar, suerte si entiende lo que le están diciendo y los compañeros de trabajo recelan, temen que el nuevo les quite el puesto. Suerte que ambos estarán integrados en una semana y si quieren habrán aprendido muchas cosas. Me encanta tu forma de contar las cosas. Besos

Anónimo dijo...

Como cuesta emprender algo totalmente nuevo. Y más si llegas de fuera y no sabes lo que te vas a encontrar. Siempre encuentras algo sobre lo que escribir y consigues enganchar. Y además buena música. Un besazo enorme, mañana nos vemos y... No dejes nunca de soñar!!.

Anónimo dijo...

Enganchas con tus blogger, pero no es menos cierto que la alusión que haces a este recién venido se puede aolicar en todos los órdenes de la vida: recién venido,recién casado,recién empleado,recién venido al mundo.Todos éstos tienen que adecuarse a un sistema diferente al que hasta ese momento estaban desempeñando."Tienen que aprender". Éstos tendrán que aprender de su entorno y seguir las normativas que están rigiendo a esa sociedad determinada.Dijo JOSÉ

Clara dijo...

Y, además, el padre es un adulto y ha decidido venir (aunque sea empujado por las circunstancias). Pero es que al chaval se lo han dado decidido y, tras las horas que dura el vuelo, no sólo se ha encontrado con otro mundo (que ya sería), es que ha dejado atrás el que lo ha sido hasta ese día. Y encima, alguien le dirá que lo de aquí es distinto. Y más. Y mejor.

Anónimo dijo...

TE GUSTE O NO

Puede que a ti te guste o puede que no
pero el caso es que tenemos mucho en común.
Bajo un mismo cielo, más o menos azul,
compartimos el aire
y adoramos al sol.

Los dos tenemos el mismo miedo a morir,
idéntica fragilidad,
un corazón,
dos ojos y un sexo similar
y los mismos deseos de amar
y de que alguien nos ame a su vez.

Puede que a ti te guste o puede que no
pero por suerte somos distintos también.
Yo tengo una esposa, tú tienes un harén,
tú cultivas el valle
yo navego la mar.

Tú reniegas en swajili y yo en catalán...
Yo blanco y tú como el betún
y, fíjate,
no sé si me gusta más de ti
lo que te diferencia de mí
o lo que tenemos en común.

Te guste o no
me caes bien por ambas cosas.
Lo común me reconforta,
lo distinto me estimula.

Los dos tenemos el mismo miedo a morir,
idéntica fragilidad,
un corazón,
dos ojos y un sexo similar
y los mismos deseos de amar
y de que alguien nos ame a su vez.

Te guste o no.

Joan Manuel Serrat

Anónimo dijo...

Un nuevo futuro que afrontar. No tiene otra opción. La vida es dura e injusta, así lo demuestra día a día con casos como este.

muy buena la cancion de Serrat

Anónimo dijo...

Encuentro con otras culturas, con otros pensamientos, pero todos tenemos el derecho a compartir el mismo sol, el mismo ambiente, las mismas circunstancias de la vida para encontrarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno.Es cosa humana que los de aquí ayudemos a los que vienen buscando una casa, un pedazo de pan, una mejor calidad de vida.Dijo JUAN

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