sábado, 16 de julio de 2016

259. Eros


Tan pronto como despuntaba el verano acudía puntual a la cita. Se apostaba siempre en la misma peña, sin estar plenamente convencido de que ellas no lo vieran. El caso es que jamás lo delataron, ni se escondieron. A veces hasta pensaba que ellas permitían que las contemplase. Que concedían solidarias que él fuese su único espectador de excepción.
Siempre iba solo. Nunca compartió su secreto. Le pertenecía. Les pertenecía. No habría soportado un solo comentario fuera de lugar sobre ellas. No habría tolerado que nada ni nadie pervirtieran aquella escena ni que cupiese la remota posibilidad de que esta pudiese extinguirse.
El agua del deshielo bajaba tan fría como violenta ya desde finales de mayo y, sin embargo, ellas recibían cada chorro con una risotada turbadora. Sus cuerpos desnudos brillaban hasta casi deslumbrarlo. Le gustaba detenerse en sus senos, en sus sexos, en sus bocas generosas que parecían pedirle a gritos que se acercase un poco más. Tenía entonces que cerrar los ojos unos instantes y contener sus pies ávidos de salir corriendo hacia aquellos cantos de sirena. Respiraba profundamente y apretaba su corazón acelerado. Apenas el tiempo necesario para seguir contemplando el espectáculo. No había un segundo que perder.

Almasy©


ADAM LEVINE: "Lost stars" (from Begin again soundrack)

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