jueves, 1 de noviembre de 2012

202. Prosa poética



"Oda a la presilla de alambre con la que se cierra el pan de molde"

Pobre diabla. O diablo. Pobre tú y todos los tuyos. Don Nadie apátrida. Sinnombre, ¡con tantos nombres! Bien presilla que atenazas la bolsa del pan de molde, bien alambre, bien abrazadera que no haces sino abrazar para que no se escape lo que otrora fue simple trigo. A veces incluso tan innombrable como ignorada, maltrecha, deslabazada, informe, en ocasiones blanca, en ocasiones negra, huidiza, carne de cañón que te extravías a como dé lugar para dejar paso al mediocre anudado del plástico para poner fin a mis tristes desayunos.

"Al fin y al cabo solos"

Y es que al fin y al cabo estamos solos con nosotros mismos. Pese a los afectos regalados por los que nos acompañan en el camino amándonos. Ayer besos, hoy abrazos, tal vez mañana tiernas caricias. Poco importan estos al fin y al cabo si estamos solos. Tan solos. ¡Tan jodidamente solos! Y solos nos vivimos solamente todo el tiempo. Apenas unos ratos dulzaina festiva. Casi permanentemente triste violín que nos chilla sin reparo: ¡Solo, cabrón, estás solo!

"¿Madre?"

¿Madre? Dime hijo. ¿Que digo yo si puede saberse dónde está mi camisa de los domingos? Ahí. ¿Ahí dónde? Donde siempre. ¿Y dónde es donde siempre, madre? En el tercer cajón de la cómoda de tu dormitorio y de paso si haces el favor sacas también mi blusa. ¿Madre? Dime hijo. Que no las encuentro. Anda quítate que ya las cojo yo, que es mejor hacerlo que mandarlo. ¿Madre? Dime hijo. ¿Que digo yo que por qué me tapa usted cuando vengo a su casa a echarme la siesta si son 35 los inviernos que me avalan? Porque me da la gana, porque soy tu madre. ¿Madre? Dime hijo. ¡Que le digo yo que no ande usted preocupada toda la noche pendiente de mí, que se acueste y duerma, que volveré tarde! ¿Que no me preocupe dices? Eso mismo, madre, que no se preocupe. (Suspiro de madre).

Almasy©


Versión Bach Cello Suite nº 1

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