Sin duda era su mejor plato hasta la fecha. El arroz en su punto y el marisco -fresco por primera vez- luciendo imperial. Mario se encargaba de la mesa cuatro. El americano la ocupaba sin decoro, estúpidamente vestido con shorts fuera de temporada y sandalias ceñidas sobre bastos calcetines de poliéster. La comanda llegó perfecta, ligeramente humeante y emplatada con elegancia. El americano amenazó primero con la vinagrera. Desde la cocina se estremeció. Sin embargo reparó en el ketchup. No pudo sino acribillarlo con furiosa saña.
Almasy©
LAS KETCHUP: "Aserejé"
1 comentarios:
Así. Sin despeinarse siquiera.
Gea
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