Y una vez más. Café a primera hora, y a segunda, y a tercera. Café todo el tiempo. Paradójicamente para apaciguar los nervios, o quién sabe si para desbocarlos de una vez por todas.
Y una vez más. En busca del sonido perfecto, de la silla en el sitio correcto, de la mesa en el lugar adecuado, de la marca que case a la perfección con el foco elegido.
Y una vez más. Componiendo ropajes, adecentando cabellos, disponiendo mejunjes imposibles sobre rostros que en días como hoy son lienzos.
Y una vez más. Comidas a deshora, siempre desproporcionadas, frecuentemente aderezadas con suculentas conversaciones que en ningún otro lugar podrían acontecer.
Y una vez más. Sacos de tensión de última hora. Y ese texto que parece que abandona tu cabeza, y esos pasos que parece que se desdibujan, y esos acordes que parece que se vuelven turbios.
Y una vez más. El runrún del público impaciente, el incisivo soniquete del telón mientras se abre, los primeros pasos en las tinieblas hasta que una luz habilita el comienzo. Una vez más.
Almasy©
Almasy©
KUSO: "La poesía de tu cuerpo"
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